Los investigadores privados tenemos cierta reputación de súper héroes: la gente se cree que podemos brincar verjas, meternos por las ventanas, y además romper el internet para conseguir lo que el cliente quiere. A mí me encanta la idea de ser un súper héroe, y trato de serlo para mi familia todos los días. Pero en mi profesión no tengo falsas expectativas. Hago lo que sé hacer de la manera correcta, y eso significa hacer las cosas como la ley lo permite. En mi oficina nadie brinca verjas ni rompe el internet. Aquí se respeta la ley.

Muchos clientes llegan a mis puertas buscando resolver un asunto importante para ellos. Los medios para conseguir esa solución no les interesan - lo que quieren es resolver y punto. Yo puedo entender eso. Lo que no puedo entender ni pienso nunca apoyar es que decidan que se pueden violar leyes para conseguir sus fines. Lo peor es cuando creen que porque te están contratando como investigador privado, es a ti a quien le toca violar la ley para conseguir lo que quieren.

Para ser justos, hay muchos casos donde los clientes simplemente no saben que lo que están pidiendo es algo ilegal. Las leyes que protegen la privacidad de los ciudadanos pueden variar dependiendo de las circunstancias, la jurisdicción y a veces de estado en estado. Hay situaciones donde las leyes federales van por encima de las leyes locales. Debido a todas estas variantes, es comprensible que algunas personas estén confundidas sobre lo que se puede y no se puede hacer en una investigación. Sin embargo, una vez yo les explico a los clientes que lo que me están pidiendo es ilegal, espero una actitud de comprensión y un comportamiento civilizado. Lamentablemente eso no pasa en algunos casos.

¿Qué cosas NO se pueden hacer en una investigación?

La lista es larga, pero les puedo dar algunos ejemplos.

1. Conseguir los récords bancarios de una persona sin autorización
2. Conseguir los detalles de llamadas de un celular sin autorización u orden de un juez
3. Grabar una conversación telefónica sin pedir el consentimiento de la otra parte
4. Entrar a una propiedad privada para obtener evidencias físicas sin el consentimiento del dueño

Cuando los clientes piden realizar estas actividades para conseguir la información o evidencias que necesitan, los investigadores nos enfrentamos a una serie de opciones. Podemos educar a los clientes y continuar trabajando con ellos, negarnos a trabajar con ellos, o buscar una manera legal de conseguir la misma información o evidencia. En mi caso les puedo decir que si un cliente se niega a ver la realidad, o pretende que de cualquier manera se viole la ley para conseguir lo que necesita, ese cliente no vuelve a mi oficina. No hay manera de que yo ponga en juego mi reputación, carrera, licencia, certificaciones, integridad, mi manera de ganarme la vida y mi libertad por un capricho de un cliente con malas mañas.

Por otro lado, son muchos los clientes que reconocen no saber que lo que piden es ilegal, pero eso no quita que todavía necesitan esa información o evidencia para resolver la situación que los trae a mi oficina. En esos casos, mi opinión personal y profesional es que es mi deber tratar de educarlos y buscar soluciones de alguna manera que sea legal. Para poder lograr esto tengo que descubrir qué exactamente es lo que esos clientes necesitan y para qué. Si me tomo el tiempo de entender las situaciones y sus necesidades, puedo entonces buscar maneras de llegar a soluciones por vías legales y les presento las opciones que puedo ofrecerles.

En conclusión, la versión de Hollywood de lo que hace un investigador privado no nos hace ningún favor. Las personas a veces piensan que estamos sobre la ley, y que las cosas que ellos no pueden hacer nosotros sí las podemos hacer con impunidad. Nuestra reputación de ser los súper héroes de los clientes nos lleva a encontrarnos con situaciones delicadas que nos pueden costar mucho.

Por mi parte, creo que es responsabilidad de los que pertenecemos a este gremio educar a los ciudadanos sobre lo que nuestra profesión nos permite hacer, y lo que no. Tenemos que buscar maneras de cambiar esa reputación de ser forajidos bandoleros que nos vamos a todas a la hora de conseguir una evidencia. Nuestros servicios son importantes y necesarios. No necesitamos violentar las leyes para darnos a respetar como investigadores competentes. Al contrario, podemos convertirnos en súper héroes de verdad, al contribuir a educar a la gente sobre las leyes actuales y ayudarlos a resolver sus casos de manera limpia y justa, siempre con la verdad.