El póquer es el mayor espectáculo del mundo. No es de extrañar pues, que haya sobrevivido tantos siglos. Suelen fecharse sus orígenes en un juego similar que solía jugarse en la China del 900 a.C., que fue mezclándose con otras variantes asiáticas y europeas hasta que terminó de confeccionarse en Estados Unidos lo que entendemos ahora por póquer. Así, si ha sobrevivido durante tantos años y en culturas tan dispares significa que debe tener algo que engancha al ser humano.

Esta popularidad se hace evidente en la actualidad con las dimensiones de los torneos en vivo internacionales, en los que se mueven cantidades millonarias de dinero y en los que cada año participan miles de jugadores. También se ve reflejada en el hecho de que cada vez sean más los jóvenes que quieren jugar, especialmente en plataformas de póquer online, o el hecho de que los famosos ya no tengan miedo de admitir en público que son aficionados del juego de cartas.

Pero, ¿qué hace que los deportistas y las deportistas tengan una especial inclinación por el póquer? Lo descubrimos a continuación.

Competitividad en el campo y en la mesa de juego

Los deportistas son seres competitivos por naturaleza. Los mejores futbolistas son aquellos que pelean por una jugada en el minuto 90 incluso ganando 5 a 0. En atletismo, los mejores seguirán corriendo hasta el final, pese a ir últimos, aunque solo sea por superar una marca personal. De forma similar, los jugadores de póquer necesitarán de esa competitividad natural para afrontar con positividad las horas y horas de práctica que se necesitan para llegar a la élite.

Estas similitudes entre la actitud de un jugador en el campo o en el tapete explican la tendencia también natural de cualquier deportista hacia otros ámbitos de la vida donde también pueda competir. Una forma sana de satisfacer esa necesidad es intentando ganarse un sobresueldo en partidas de póquer, una actividad que además mueve tanto o más emociones que un partido de fútbol o una carrera de Fórmula 1. Saber mantener la calma será lo que marque la diferencia.

Las razones biológicas de la afición por el póquer

Existen también una serie de razones relacionadas con los componentes bioquímicos del cuerpo humano que explican esta especial afición de los deportistas por el popular juego de naipes. No en vano se recomienda a los jugadores profesionales que practiquen deporte para prepararse también mentalmente y estén más capacitados para afrontar una partida de póquer. El ejercicio físico es el mejor aliado para mantener bien alejado cualquier signo de estrés.

Varios estudios científicos han demostrado la relación entre el póquer y la capacidad de controlar la ansiedad. La concentración que requiere jugar al fútbol o a una partida de cartas puede ayudar a controlar tanto los niveles de testosternoa, una hormona que influye directamente en la toma de decisiones, como los niveles de cortisol en sangre, la hormona que se produce en situaciones estresantes. Ambas deben mantenerse bajas, algo que los deportistas profesionales tienen ganado.

El póquer, ¿un deporte mental?

En los Juegos Mundiales de Deportes Mundiales, celebrados por primera vez en Pekín en 2008, se admitió la participación del bridge, el ajedrez, el go, las damas y el ajedrez chino. Fueron muchos los que se preguntaron por qué el póquer, con características similares a dichos juegos, todavía no había sido admitido por el Comité Olímpico Internacional como un deporte mental, como se hizo en su día con el ajedrez de competición. Finalmente lo hizo en 2010, aunque de forma provisional.

Los principios fundamentales son prácticamente los mismos. Tanto en el póquer como en el ajedrez se requiere de una misma capacidad de concentración y de control de las emociones, así como otras habilidades mentales como la paciencia y la lógica. Además, el juego de cartas puede llegar a producir la misma adrenalina que cualquier deporte; la misma tensión que un tenista experimenta antes de afrontarse a su rival; la misma euforia que se siente al ganar un partido de fútbol.

Los deportistas más famosos amantes del póquer

Uno de los primeros nombres que viene a la mente al relacionar el póquer con los deportistas de élite es el de Gerard Piqué. El central del Fútbol Club Barcelona es un habitual de los torneos que se disputan tanto en la ciudad condal como en competiciones del nivel del European Poker Tour. Otra figura destacada es Neymar, quien dedica parte de su tiempo libre a jugar al Texas Hold’em. Y no se le da nada mal, como ha demostrado en varios campeonatos internacionales.