Violento e indigno califica Rivera Sierra su proceso de descalificación como procuradora de las Mujeres

Vilmarie Rivera Sierra alegó en la noche del jueves-luego de que le pidiera al gobernador Pedro Rafael Pierluisi Urrutia que retirara su nombramiento como procuradora de las Mujeres-, que fue tratada indigna y violentamente por los senadores.

Lamento mucho que en el proceso legislativo de confirmación no se me haya permitido ejercer ese cargo, para el que estoy preparada por mi conocimiento, experiencia y requisitos del cargo. Me queda claro que caí presa de la situación política e ideológica que vive nuestro país. No recibí un trato digno ni una evaluación justa de mis conocimientos y experiencias profesionales ni sobre el plan de trabajo que presenté para lo que sería esta nueva etapa de la Procuradoría de las Mujeres.

Yo fui transparente, presenté mis credenciales, presenté un buen plan de trabajo, contesté todas las preguntas relevantes que se me hicieron en las vistas públicas, sometí los documentos que se me solicitaron y estuve disponible para aclarar las dudas que surgieron en el proceso. Lo que recibí a cambio fue violencia, ataques infundados a mi dignidad como mujer y profesional”, dijo Rivera Sierra en declaraciones escritas.

Rivera Sierra no contaba con los votos para su confirmación. Pierluisi Urrutia sostuvo que, ante la situación, presentaría a otra candidata para la posición.

Por su parte, Coraly León Morales, presidenta de la Red Nacional de Albergues de Violencia de Género expresó que "es una desgracia que su nombramiento se haya convertido en una ficha para el juego político partidista y que no se le haya evaluado con objetividad y en sus méritos”.

Entretanto, Jessica Fuentes Cátala, directora ejecutiva de la Red Nacional de Albergues de Violencia de Género, señaló que "el trabajo que las mujeres del país necesitan hoy no puede depender del criterio del sector conservador porque la agenda de ellos es contraria a los derechos humanos de las mujeres”.

Rivera Sierra recibió el rechazo público de los integrantes de la Fraternidad Pentecostal, cuyo presidente Moisés expuso que el endoso de los grupos feministas a su nombramiento representaba para los religiosos un problema.