"QUE METAN PRESOS A LOS CORRUPTOS"
El arresto del empresario Anaudi Hernández junto a otros funcionarios gubernamentales y hasta candidatos a alcaldías ha provocado indignación en miles de puertorriqueños que piden a gritos "que los metan presos y boten la llave".
La corrupción es un problema que ha arropado la política de nuestro país de manera rampante por más de medio siglo, empeorando en las últimas tres décadas. Cuando escucho a la gente hablando de corrupción de políticos, empresarios y funcionarios gubernamentales muchos hablan como si estas personas fuesen una especie aparte de la humana, unos seres ajenos o diferentes a los ciudadanos que componen al pueblo de Puerto Rico.
Estos nueve individuos que enfrentarán la justicia federal por cargos relacionados a la corrupción, al igual que los muchos otros que fueron arrestados en años anteriores de administraciones rojas y azules son personas de carne y hueso con sangre en sus venas igual que usted y yo. Cabe entonces preguntarnos ¿qué convierte a una persona en corrupta y por qué yo puedo acusar a "boca de jarro" a los corruptos? La corrupción no es un mal genético, no es un virus, no es algo que se inyecta, ni es algo que se hace de un día para el otro. La corrupción la vamos cocinando poco a poco en los individuos, la vamos fortaleciendo, y en muchas ocasiones hasta la celebramos. Cuando nuestros niños nos ven que sin importar quien esté delante en la fila nosotros podemos "colarnos" y ser primeros, sembramos una semillita.
Cuando vemos una película "pirateada" junto a nuestros hijos le estamos enseñando que "eso no es tan malo". Cuando conseguimos "un documento del gobierno" o un trabajo porque "mi prima trabaja allí", motivamos la corrupción y cuando en nuestras planillas reclamamos "dependientes" que no existen o que "no les damos un chavo" validamos la corrupción. Cuando contribuimos para que nuestro pastor o pastora viva como "estrella de Hollywood" y no pague contribuciones sobre eso y nos quedamos en silencio y complicidad, santificamos la corrupción.
Cuando vamos a FEMA, y reclamamos daños que nosotros mismos provocamos, cuando nos robamos, el agua, la luz y el cable, propagamos la corrupción, y cuando decimos que "robaron pero hubo obra" celebramos la corrupción y la privilegiamos. ¿No queremos corrupción gubernamental? Pues ya es tiempo de que entendamos que si no queremos funcionarios o políticos corruptos no podemos ni justificar, ni motivar, ni validar la corrupción por más inofensiva que nos parezca.
Definitivamente hay que atacar el problema de la corrupción y hacer que los que violenten las leyes paguen por ello pero mientras sigamos cocinando, sembrando, motivando, validando, santificando y celebrando la corrupción de "Juan y Juana Del Pueblo", no podremos eliminar la corrupción gubernamental porque al fin y al cabo el gobierno está compuesto de "Juanes y Juanas" que le dimos la oportunidad de estar allí.
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