Autoridades refuerzan vigilancia en frontera con Haití debido a la inseguridad e inestabilidad política en esa nación

 La vigilancia militar en la frontera con Haití fue reforzada de nuevo debido al intento de los haitianos de cruzar de manera clandestina hacia el territorio dominicano huyendo a los secuestros, la inseguridad y la inestabilidad política que registra el vecino país.

Soldados del Ejército Nacional y del Cuerpo Especializado en Seguridad Fronteriza Terrestre (Cesfront) extremaron la supervisión en las comunidades del noroeste, sobre todo Dajabón y Santiago Rodríguez, lugares que los haitianos indocumentados suelen usar para penetrar a la República Dominicana.

Diariamente, miembros del Cesfront en coordinación con inspectores de Migración, apresan entre 300 y 350 de esos extranjeros que tratan de ingresar al país en forma ilegal y son repatriados de inmediato, dijeron medios establecidos en esa región.

"Los haitianos quieren cruzar a este territorio de manera irregular, pero los estamos atajando”, dijo un oficial castrense que supervisaba una patrulla.

La vigilancia se realiza en montes, caminos, casas abandonadas y otros lugares en busca de extranjeros indocumentados.

Además, los soldados realizan patrullajes conjuntos por el centro urbano de Dajabón en busca de ilegales y para frustrar operaciones del contrabando, el trasiego de personas indocumentados, robos de animales, tráfico de drogas, armas de fuego y otros delitos.

Con frecuencia el comandante del Ejército, mayor general Julio Ernesto Florián Pérez, visita la frontera, arenga a sus tropas y les exhorta a actuar con decisión, energía, apegados a las leyes y respetando los derechos fundamentales de las personas.

En marzo, el Gobierno haitiano declaró el estado de emergencia en ciertos distritos de la capital y una región del interior con el fin de restaurar la autoridad del Estado en áreas controladas por pandillas.

La medida está motivada por el accionar de bandas armadas que "secuestran a personas para pedir rescate, robando y saqueando bienes públicos y privados, y enfrentando abiertamente a las fuerzas de seguridad pública”.

Los secuestros extorsivos han aumentado en los últimos meses en Puerto Príncipe y en el interior del país, demostrando el creciente poder de las bandas armadas.

Siete religiosos católicos, entre ellos dos franceses, fueron puesto en cautiverio el pasado domingo, confirmó a la prensa internacional el portavoz de la Conferencia Episcopal de este país caribeño que enfrenta una creciente situación de inseguridad.

Los integrantes del grupo, incluidos una monja y un sacerdote de origen francés, fueron raptados en la comunidad Croix-des-Bouquets, cerca de Puerto Príncipe, mientras "se dirigían a la instalación de un nuevo sacerdote”, explicó el padre Loudger Mazile quien precisó que los secuestradores exigieron un millón de dólares en rescate.

También se denunció que dos adolescentes de sexo femenino y masculino que estaban en el lugar fueron abusados sexualmente por los malhechores.

Estos hechos ocurren en medio de la crisis política que afecta a Haití donde con frecuencia la población se manifiesta de forma violenta en las calles de Puerto Príncipe para exigir la dimisión del presidente Jovenil Moise, a quien acusan de pretender instaurar una dictadura y que se niega a abandonar el poder. INS