Con “cacerolazos” se inicia jornada de protesta por 22 días en repudio al gobierno y al Partido de la Liberación Dominicana

En varios sectores de la capital, la población inició anoche una jornada de protestas sonando cacerolas, cucharas, calderos y sartenes en repudio al gobierno y al Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

En las redes sociales se publicaron decenas de vídeos donde  aparecen capitaleños accionando esos utensilios de cocina desde los balcones y puertas de los hogares pese a que rige un toque de queda y de otras medidas restrictivas declaradas por el Poder Ejecutivo por la crisis sanitaria causada por el Covid-19.

Hasta ayer, la enfermedad ha infectado a 22,572 personas, con 577 fallecimientos y 13,084 recuperados, según el reporte reciente del Ministerio de Salud Pública.

Se estima que para enfrentar la pandemia, el sector salud y otras entidades gubernamentales demandan  un monto complementario de RD$63,812.6 millones (1,100 millones de dólares) en el presente año.

Los recursos están contemplados en el proyecto de presupuesto complementario de Gastos Públicos por un monto de RD$150 mil millones de pesos (2,585 millones de dólares) aprobado este sábado por el Senado de la República para cubrir los gastos que incurrirán diversas instituciones este año para revertir los efectos que ha dejado la pandemia del coronavirus.

El movimiento político "Somos Pueblo” inició la convocatoria para dar los "cacerolazos” por 10 minutos después de las 8:00 de la noche, hora local, a partir de hoy y hasta el 4 de julio, un día antes de las elecciones presidenciales y congresuales.

Esta forma de lucha, que surgió en la década de 1970, se ha potenciado por el poder de convocatoria de las redes sociales en diferentes países latinoamericanos. Los primeros cacerolazos fueron de la burguesía chilena, que instauró esta forma de protesta para mostrar su hastío con el gobierno de Salvador Allende (1970-1973).

Esa institución se define como un medio de comunicación digital interactivo, informativo y participativo cuyo objetivo es servirle de voz al pueblo dominicano reportando y haciendo públicas sus denuncias y reclamos para colaborar de la manera en que nos sea posible a solucionarlos.

"Creemos en el derecho a la libertad de expresión y en el derecho del pueblo a una información verídica y objetiva”, dice uno de sus lemas.

La entidad publicó en su cuenta de Twitter vídeos que muestran el momento en que empezó el alboroto en sectores como Bella Vista, La Esperilla, Evaristo Morales, Naco, Piantini, Alma Rosa, Ciudad Juan Bosch, Las Praderas, y hasta en el edificio donde vive el presidente Danilo Medina. El hashtag #CacerolazoSeVan es tendencia número 1 en esa misma red social con más de seis mil tuits.

Julio Pérez, quien dirige la Plataforma de Medios y Entretenimientos "Revoltiao”, explicó que los cacerolazos muestran el rechazo de la población a la  campaña política que hace el candidato presidencial del gobernante Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Gonzalo Castillo, aprovechando el estado de emergencia.

La organización también participó en las protestas realizadas en la Plaza de la Bandera, Distrito Nacional, cuando miles de jóvenes se concentraron durante una semana frente a la sede de la Junta Central Electoral (JCE) para expresar su inconformidad con la suspensión repentina de las elecciones municipales del 16 de febrero.

Las manifestaciones, también denominadas "protestas de los jóvenes”, comprendieron una serie de congregaciones masivas, tanto en República Dominicana como en el plano internacional, que se realizaron desde el 16 de febrero al 12 de marzo de 2020, con el respaldo de artistas nativos y extranjeros, actores políticos opositores, peloteros y sectores eclesiásticos, entre otros.

Esta decisión, según la JCE, se debió a "errores” presentados por el voto automatizado en los colegios electorales de 18 municipios del país, durante los comicios, en los que se concentraba alrededor del 62% de las boletas, a pesar de que los votos manuales, que también aplicaban en esas demarcaciones, se estaban realizando sin problemas.

En esa ocasión, los manifestantes fueron respaldados por los ciudadanos desde sus hogares poniendo a sonar los utensilios de cocina durante diez minutos, incluso cuando el presidente Danilo Medina llegaba a su residencia.