Fatiga emocional ante una pandemia indetenible es vista como un mal indicio de lo que podría ser un “otoño devastador” por Covid-19
En tanto que el Covid-19 avanza indetenible por el mundo, se adueña de la gente un nuevo mal: la fatiga emocional a las restricciones impuestas por causa de la pandemia.
Cuando el Covid-19 comenzó a propagarse por todo el mundo esta primavera, personas en todas partes cancelaron bodas y vacaciones, interrumpieron las visitas a los abuelos y se refugiaron en sus hogares durante lo que pensaron que sería un breve pero esencial período de aislamiento.
Lo grave de la situación es que con el otoño ha llegado otra oleada peligrosa e incontrolada de infecciones, que en algunas partes del mundo es la peor de la pandemia hasta ahora.
Estados Unidos ha superado la cifra de ocho millones de casos de contagios la semana pasada y se reportaron más de 700 mil nuevas infecciones el pasado viernes, la mayor cantidad en un solo día desde julio.
Dieciocho estados de Estados Unidos agregaron más infecciones nuevas a Covid-19 en la última semana que durante cualquier otra semana de la pandemia.
En Europa, los nuevos casos y las hospitalizaciones están aumentando, por lo que Gran Bretaña está imponiendo nuevas restricciones y Francia ha puesto a ciudades en "alerta máxima”. Italia y Alemania establecieron récords en nuevos casos diarios.
Funcionarios de República Checa alertaron que su sistema de atención médica está en "peligro de colapso”, debido a que los hospitales están abarrotados y se están produciendo más muertes que en cualquier otro momento de la pandemia.
La situación ha obligado a imponer más restricciones, en tanto que se comparte en Estados Unidos, Europa y demás países un cansancio generalizado que tiende a que la ciudadanía baje la guardia con las medidas cautelares para protegerse del virus.
Comienzan a organizarse fiestas familiares, la asistencia a bares, boleras y actividades de socialización de todo tipo y en algunos países comienza el regreso presencial a las aulas docentes. Igualmente, se busca la manera a toda costa de resucitar las economías.
La idea generalizada en la población de muchos países es que "ya han tenido suficiente”. La tendencia a aflojar la cautela y las restricciones gregarias individuales y generalizadas en sociedad es considerada por salubristas de "muy peligrosa”.
La apatía de la gente y la impaciencia por volver a la normalidad contrastan con el resurgimiento de un rebrote por casi todos los lugares de la pandemia de Covid-19. Se teme que este otoño se convierta en uno devastador en lo concerniente a la propagación de Covid-19 en una nueva ola de brote global en el planeta.