Todo el mundo en Cayey sabe dónde queda El Chévere y que abre desde temprano en la mañana para ofrecer las mejores frituras en la zona. Localizado en la calle José de Diego y fundado por don Generoso Martí en 1923, es regentado ahora por la tercera generación. "Lo más famoso son los rellenitos de papa, que parecen croquetas”, relató en su momento la escritora Mayra Montero en una de sus columnas de domingo.

Son miles y miles los rellenitos que se venden cada semana en este local de la calle principal del centro urbano cayeyano, primero por su auténtico sabor casero que no ha variado en décadas, pues la receta familiar es secreta, como por su precio: sólo 75 centavos cada uno. "En Cayey tenemos este balance entre ser una ciudad y también mantener nuestras tradiciones y costumbres de pueblo pequeño y unido”, relata uno de los clientes más asiduos, el alcalde Rolando Ortiz Velázquez.

Para los que también quieran explorar las demás delicias de la cocina de El Chévere, están las alcapurrias a dólar, con su masa especial de viandas, distintas a las alcapurrias de la costa. Los tacos, empanadillas de pizza, sorullos y papas rellenas también son parte del menú, al igual que los sandwiches de todos los sabores y variedades imaginables.

"Si bajas al pueblo, al médico o a comprar, y no vienes primero a El Chévere, es como si no hubieras ido”, asegura María Luisa Rivera, de Guavate, quien acompaña par de rellenitos con café y la buena compañía de Lydia, su comadre, quien se decidió por un sandwich. El Chévere emplea catorce personas, entre regulares y estudiantes, quienes desde temprano procesan entre 150 a 200 libras de papas cada día.

"Se pelan y se cocinan aquí, nada procesado, porque la mejor calidad hay que cuidarla, así como la masa”, aseguran sus propietarios Richard y Judith Millán, quienes son los custodios de la tradición "por 95 años más”.

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