En un impactante desarrollo legal, Jerri Lynn Roby, de 66 años, residente de Gulfport, Misisipi, quien había sido condenada por asesinato en 1995, enfrenta una nueva acusación de asesinato en primer grado. Esta vez, la sospecha recae sobre la muerte de su propio hijo, John Allen Gaither, de 42 años, cuyo cuerpo fue encontrado oculto detrás de una pared falsa en la residencia de la acusada.

Los hechos se remontan al 10 de diciembre pasado, cuando se cree que Gaither fue asesinado, 12 días antes de que familiares denunciaran su desaparición. Los agentes de la ley interrogaron a Roby tras la denuncia, notando inconsistencias en sus declaraciones y falta de cooperación.

El caso toma un giro inquietante al descubrir que Jerri Lynn Roby ya tenía un historial penal. En 1995, fue condenada por asesinar a tiros a su traficante de drogas y ocultar el cuerpo en el maletero de su automóvil en Florida, lo que resultó en una sentencia de 17 años de prisión. Sin embargo, fue liberada en 2003.

La evidencia acumulada llevó a las autoridades a obtener una orden de registro de la residencia de Roby, que se ejecutó el 18 de enero. Durante la búsqueda, los detectives derribaron una pared falsa y encontraron una caja de madera que ocultaba el cuerpo sin vida de John Allen Gaither, con una herida de bala.

Durante el allanamiento, Jerri Lynn Roby intentó suicidarse ingiriendo un gran número de pastillas, lo que la llevó a ser hospitalizada. Tras su recuperación, fue trasladada a la cárcel del condado de Harrison, donde esperará una audiencia ante el tribunal programada para el próximo mes. El caso ha conmocionado a la comunidad y las autoridades continúan investigando los detalles de esta escalofriante historia.