El Servicio Federal de Seguridad (FSB) de Rusia ha acusado a Yevgeny Prigozhin, líder del grupo militar privado Wagner, de incitar a una "rebelión armada". Esto se produce después de que Prigozhin prometiera represalias en respuesta a su afirmación de que el ejército ruso había llevado a cabo un ataque contra un campamento del grupo Wagner, resultando en la muerte de un "gran número" de sus mercenarios.

El FSB hizo un llamado a los miembros del grupo Wagner para que detuvieran a su líder. En un inusual giro de acontecimientos, la televisión estatal rusa interrumpió su programación regular en la noche del viernes para transmitir un comunicado del Ministerio de Defensa, que desestimó las afirmaciones de Prigozhin como inconsistentes con la realidad.

En respuesta a la creciente tensión, las autoridades han reforzado las medidas de seguridad en varias áreas, incluida la ciudad de Moscú. El alcalde de Moscú anunció que se están llevando a cabo "medidas antiterroristas". Además, se ha informado de un aumento en la seguridad en la ciudad de Rostov, que se encuentra cerca de la frontera sureste con Ucrania.

Este incidente marca una escalada significativa en las tensiones entre las autoridades rusas y el grupo Wagner, que es conocido por ser una organización de mercenarios. Con la seguridad en aumento y el FSB tomando acciones decisivas contra Prigozhin, la situación sigue siendo altamente volátil y está siendo monitoreada de cerca tanto a nivel nacional como internacional.