En la ciudad francesa de Angers, la creciente ola de disturbios y saqueos ha llevado a un inusual aliado en la defensa de las tiendas afectadas. Sorprendentemente, los fanáticos del fútbol nacionalista han tomado un papel activo en la protección de los negocios locales, uniéndose a los ciudadanos hartos de la violencia y el caos.

En medio de la creciente frustración de la población local por los saqueos, alborotadores y supuestos miembros de Antifa, los vecinos de diversos barrios se han organizado para formar grupos de vigilantes en un intento por proteger sus vecindarios y las tiendas que los sustentan.

La situación se intensificó recientemente cuando aficionados al fútbol, conocidos por su fervor nacionalista y pasión por el deporte, se unieron a estas iniciativas de autodefensa. Después de años de rivalidades en el estadio, los fanáticos han encontrado una causa común en la protección de su ciudad de los desmanes.

La presencia de estos fanáticos en las calles de Angers ha sido objeto de controversia y ha generado opiniones encontradas. Mientras que algunos residentes aplauden su valentía y su espíritu de comunidad, otros cuestionan su participación y temen que su presencia pueda incitar a una mayor violencia.

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