Obama pide $450 millones para financiar la paz en Colombia

Pero Obama ya está enfrentando resistencia en Washington de parte de algunos republicanos de Miami que afirman que los contribuyentes estadounidenses no deberían pagar por un acuerdo en gran medida unilateral con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), en el cual Estados Unidos –y los ciudadanos de Colombia– recibirán escasos beneficios.

Obama se reunió el jueves con el presidente colombiano Juan Manuel Santos para discutir el estatus de las negociaciones de paz y el apoyo futuro de Estados Unidos, y para marcar 15 años de colaboración en el Plan Colombia, programa que ha provisto más de $10,000 millones a Colombia para enfrentar el narcotráfico y otros males.

Hablando luego desde la Cámara Este, Obama dijo que pedirá $450 millones anuales para ayudar a Colombia a reforzar su seguridad, reintegrar a la sociedad a los excombatientes y restablecer el estado de derecho en regiones que han estado controladas por los rebeldes.

"Muchos invirtieron tanto en estos esfuerzos hace ya muchos años, queremos asegurar que vamos a mostrar ese mismo nivel de compromiso en lo adelante”, dijo Obama, con Santos a su lado. "No consideramos que esto sea el fin de nuestra amistad y nuestra asociación, sino un nuevo comienzo”.

El nuevo plan, que Obama llamó "Paz Colombia”, incluye además una iniciativa para ubicar y eliminar las minas terrestres en Colombia que será dirigida por el secretario de Estado John Kerry. Colombia tiene el segundo lugar en el mundo –detrás de Afganistán– por el número de víctimas de minas terrestres, dijo la Casa Blanca. Estados Unidos comprometerá $33 millones a la Iniciativa Global de Eliminación de Minas para Colombia en el año fiscal 2017. Noruega contribuirá con $20 millones adicionales.

Obama dio las gracias a Cuba por servir de anfitriona a las conversaciones de paz, y dijo que la paz será solo un "primer paso”.

Santos, quien iba acompañado por su familia, describió Paz Colombia como el principio de un nuevo capítulo de amistad y cooperación entre las dos naciones. Agradeció al pueblo estadounidense, Obama y al Congreso por sus muchos años de apoyo.

"Si en Colombia estamos al borde de un acuerdo de paz, puedo decir sin lugar a dudas que el Plan Colombia jugó un papel crucial en ayudarnos a llegar a ese punto”, dijo Santos.

El Plan Colombia es considerado un gran éxito de la política exterior de Estados Unidos. La asistencia estadounidense ayudó a crear condiciones para que las fuerzas armadas colombianas debilitaran a las FARC, afirman funcionarios de Estados Unidos. Homicidios, secuestros y otros indicadores de violencia han disminuido, aunque Colombia continúa teniendo problemas con el narcotráfico y el crimen organizado.

Colombia recibe actualmente alrededor de $300 millones al año en asistencia estadounidense, menos de los $700 millones que recibió en el primer año de Plan Colombia.

Como parte de esa nueva estructura, Obama solicitará más de $390 millones en asistencia exterior en el presupuesto del año fiscal 2017. La administración solicitará asimismo fondos para otros programas en curso, como por ejemplo asistencia humanitaria y medidas antinarcóticos. De ser aprobado por el Congreso, eso aumentaría la asistencia total a Colombia a más de $450 millones.

No está claro si el Congreso aprobará esa asistencia financiera, pero Santos ha recibido retroalimentación positiva de líderes tanto demócratas como republicanos, incluyendo el presidente de la Cámara de Representantes Paul Ryan, republicano de Wisconsin.

El representante Hal Rogers, republicano de Kentucky y presidente de la Comisión de Asignaciones de la Cámara, la cual estaría encargada de aprobar cualquier fondo congresual, dijo que la comisión no ha discutido ninguna solicitud, pero aseguró que Santos había hecho una "labor fantástica” con el Plan Colombia.

"El se ha ganado nuestro respeto y apreciación, de modo que tendremos que estudiar con mucho cuidado lo que está solicitando”, dijo Rogers.

Pero a esto se oponen republicanos de Miami que comparten las preocupaciones de muchos colombianos, tanto en Miami como en Colombia, que no confían en las FARC.

Los representantes republicanos de Miami Ileana Ros-Lehtinen, Mario Diaz-Balart y Carlos Curbelo se reunieron con Santos el miércoles para hablar sobre el acuerdo y sus preocupaciones compartidas.

Diaz-Balart dijo que la colaboración con Colombia tiene que continuar, mencionando sus vínculos económicos con el sur de la Florida. Pero dijo que Estados Unidos no puede echarse atrás durante las negociaciones. Desmantelar las operaciones de narcotráfico de las FARC en su totalidad es esencial, dijo, y Estados Unidos no deberá considerar poner en libertad a narcotraficantes como moneda de cambio.

Ros-Lehtinen criticó la idea, propuesta por Santos, de que Estados Unidos saque a las FARC de su lista de organizaciones terroristas extranjeras.

"Estamos siendo demasiado suaves con ellos”, dijo Ros-Lehtinen. "Ellos tienen que confesar sus crímenes. Ellos no van a ser extraditados a Estados Unidos. Ellos podrían regresar a la producción de coca sin perder tiempo”.

Mark Feierstein, alto funcionario del Consejo Nacional de Seguridad, dijo que si las FARC se desarman por completo, se distancian de las actividades ilegales y dejan de ser hostiles a ciudadanos estadounidenses, entonces Estados Unidos podría revisar esa designación.

Curbelo no quiso ser entrevistado, pero hizo declaraciones más moderadas. Señaló preocupaciones similares, pero dijo que era "esencial para nuestro país seguir apoyando los esfuerzos de Colombia”.

Las preocupaciones de los miembros miamenses del Congreso son compartidas por muchos en Colombia, dijo Eduardo Gamarra, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Internacional de la Florida que encuestó a grupos de colombianos en las cinco principales ciudades del país. Muchos creen que los miembros de las FARC simplemente se unirán a otros grupos rebeldes, dijo. A muchos otros les preocupa que un acuerdo con las FARC llevará a una subida de los impuestos para financiar un programa para reintegrar a miles de combatientes a la vida civil en un momento en que el descenso del precio del petróleo y otras materias primas están afectando fuertemente la economía colombiana.

"Están diciendo que es necesaria una reforma fiscal, y al mismo tiempo vamos a crear este sistema de ayuda social para estos colombianos que se han dedicado a matar a otros durante los últimos 50 años”, dijo Gamarra. "Todas las personas con las que hemos hablado hicieron esta conexión entre la reforma fiscal y el programa de reintegración”.

Un grupo bipartidista de 57 miembros de la Cámara urgieron a Obama el martes en una carta a que diera un apoyo "sólido y concreto” al proceso de paz.

Entre los firmantes estuvieron los representantes demócratas de Florida, Debbie Wasserman Schultz, Alan Grayson, Alcee Hastings y Hank Johnson Jr.

Obama afirmó que la relación de Estados Unidos con Colombia era una de las asociaciones más fuertes en el hemisferio.

"Igual que lo hicimos hace 15 años, nos proponemos apostar por el éxito de Colombia”, dijo Obama.