Vicepresidente J.D. Vance advierte sobre crisis de salud mental tras un nuevo tiroteo por una persona trans

El vicepresidente de Estados Unidos, J.D. Vance, reaccionó este jueves al tiroteo ocurrido en la Escuela Católica de la Anunciación, en Mineápolis (Minnesota), que dejó dos menores muertos y 17 personas heridas. El atacante, identificado como Robert Westman, quien en 2020 cambió su nombre a Robin al identificarse como mujer transgénero, murió en la escena por una herida de bala autoinfligida.

"Crisis de salud mental”

Durante un discurso en un evento económico de la Administración, Vance señaló que el país enfrenta una "crisis de salud mental”.
"Tomamos muchos más medicamentos psiquiátricos que cualquier otra nación del mundo. Es hora de que empecemos a hacernos algunas preguntas muy difíciles sobre las causas profundas de esta violencia”, expresó el vicepresidente, al tiempo que pidió una oración conjunta en memoria de las víctimas.

También resaltó los actos de valentía de algunos menores durante el ataque: "Niños de 10 años cubrieron a sus amigos para protegerlos”, recordó, instando a los ciudadanos a reflexionar sobre lo ocurrido.

El ataque

El tiroteo ocurrió alrededor de las 8:30 de la mañana del miércoles, cuando Westman disparó a través de las vidrieras de la iglesia donde se celebraba una misa con gran concurrencia. En el ataque murieron dos niños y al menos 17 personas resultaron heridas.

Debate sobre salud mental y terapias de género

Tras la tragedia, varios líderes políticos se pronunciaron sobre los posibles vínculos entre los problemas de salud mental y la violencia.

• La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, reconoció que EE.UU. enfrenta "problemas de salud mental” y confirmó que el Departamento de Salud y Servicios Humanos investiga la relación entre la terapia de género y episodios violentos en menores.

• La congresista republicana Marjorie Taylor Greene fue más dura y aseguró que "la disforia de género es una enfermedad mental”, acusando a la industria farmacéutica de lucrarse a costa de los niños.

El tiroteo ha reavivado el debate nacional sobre salud mental, violencia armada y el impacto de las terapias de género en menores, en un contexto donde este tipo de ataques se repite con frecuencia en Estados Unidos.