Presencia de fotógrafo ruso en la Casa Blanca enciende las alarmas

Un fotógrafo de una agencia de noticias estatal rusa recibió permiso para presenciar en la Oficina Oval la reunión entre el presidente Donald Trump y diplomáticos rusos, un tipo de acceso que fue criticado por ex funcionarios de inteligencia de EEUU como una posible infracción de seguridad.

Los funcionarios señalaron el peligro de que un dispositivo de grabación o equipo de vigilancia haya sido introducido en la Oficina Oval de la Casa Blanca escondido dentro una cámara u otro aparato electrónico. Los ex funcionarios de inteligencia expresaron sus dudas después que fotos del encuentro entre Trump y el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, fueron publicadas en el internet por la agencia noticiosa Tass.

Entre las personas que comentaron acerca de esta situación se encuentran David S. Cohen, un ex subjefe de la CIA. Cuando se le hizo la pregunta sobre si era una buena decisión permitir a este fotógrafo en la Oficina Oval, Cohen respondió vía Twitter: "No, no fue (una buena decisión)”. Cuando fue contactado por teléfono declinó a expandir su comentario.

La Casa Blanca minimizó el posible peligro y dijo que el fotógrafo y su equipo fueron examinados bajo el protocolo de seguridad antes de que ingresara a la Casa Blanca. El fotógrafo ruso "tuvo que pasar por la misma tipo de examinación por la que pasan los periodistas de EEUU cuando se dirigen por la puerta principal hacia la sala de información (de la Casa Blanca)”, dijo un funcionario del gobierno.

Otros ex funcionarios de inteligencia describieron el acceso dado al fotógrafo ruso como una posible falla de seguridad y mencionaron que el procedimiento estándar de examinación en la Casa Blanca podría no detectar sofisticados instrumentos de espionaje.

Funcionarios del gobierno también señalaron que la Casa Blanca fue mal informada acerca del papel que iba a tener el fotógrafo. Funcionarios rusos describieron al individuo como el fotógrafo oficial de Lavrov sin mencionar que trabajaba para la agencia Tass.

Como resultado, funcionarios de la Casa Blanca fueron sorprendidos por las fotos publicadas en el internet que mostraban a Trump no solo con Lavrov, sino también sonriendo y estrechando la mano de Sergey Kislyak, el embajador ruso en EEUU.

Posteriormente CNN reportó que funcionarios de la Casa Blanca estaban furiosos por la publicación de estas imágenes y dijeron que no sabían nada de esto. "Nos engañaron”, dijo el funcionario. "Ese es el problema con los rusos, ellos mienten”, según el reportaje.

Kislyak ha sido una de las figuras principales en una serie de artículos noticiosos que han golpeado al gobierno de Trump. El ex asesor de seguridad nacional Michael Flynn fue obligado a renunciar en febrero a raíz de sus contactos con Kislyak el año pasado y por declaraciones engañosas acerca de este encuentro que compartió con el vicepresidente Mike Pence.

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Un funcionario de la administración dijo que "es una práctica común que los embajadores acompañen a sus cancilleres, y es ridículo sugerir que ocurrió algo inapropiado”. Él añadió que los salones de la Casa Blanca son revisados frecuentemente para detectar dispositivos de espionaje.

En el pasado Rusia ha hecho todo lo posible para esconder dispositivos en edificios importantes de EEUU. A finales de los años noventa, la agencia de seguridad del Departamento de Estado fue criticada fuertemente después que se descubrió un dispositivo sofisticado de espionaje en una sala de conferencia del séptimo piso, en donde la entonces secretaria de Estado, Madeleine Albright, y otros funcionarios se reunían con frecuencia.

En declaraciones a reporteros en la embajada rusa después de la reunión en la Casa Blanca con Trump y el secretario de Estado, Rex Tillerson, Lavrov no podía ocultar su irritación ante las frecuentes preguntas acerca de la supuesta intervención de Moscú en la elección presidencial de EEUU para ayudar a Trump y desacreditar a Hillary Clinton.

Lavrov dijo que no hay evidencia que vincule a Rusia con el hackeo de los correos electrónicos del Partido Democrático que fueron publicados durante la campaña electoral del año pasado, y que el tema de la supuesta interferencia rusa no fue abordado en la reunión con Trump.

Las agencias de inteligencia de Estados Unidos concluyeron con un "alto nivel de confianza” que Rusia trató de influenciar el resultado de la elección de 2016. Lavrov ha descrito esas alegaciones como "ruido” y "una humillación” para el pueblo de EEUU.

La visita de Lavrov a la Casa Blanca está siendo criticada porque ocurrió después que Trump despidiera el martes al jefe del FBI, James Comey. El FBI has estado investigando los posibles vínculos entre Rusia y la campaña de Trump.

La coincidencia de los dos eventos generó una serie de situaciones extrañas.

En una reunión previa en el Departamento de Estado con Tillerson, Lavrov reaccionó con un gesto sarcástico de sorpresa cuando le preguntaron si el despido de Comey oscurecía su visita a Washington.

"¿Fue despedido?, dijo Lavrov. "¡Estás bromeando! ¡Estás bromeando!”. Después movió su cabeza hacia atrás en un gesto desdeñoso.

El propósito de la visita de Lavrov a Washington fue conversar sobre los actuales conflictos en Ucrania y Siria.

En un comunicado después de la reunión, la Casa Blanca dijo que Trump "ha enfatizado la necesidad de trabajar juntos para poner un fin al conflicto en Siria”, enfatizando que Rusia debe tratar de controlar al gobierno del presidente sirio Bashar al-Assad y su aliado, Irán. También el presidente le pidió a Rusia que implemente el acuerdo de Minsk alcanzado en 2014 para intentar detener el conflicto armado en Ucrania y "considerar la posibilidad de mayor cooperación para resolver los conflictos del Medio Oriente y otros lugares”, dijo el comunicado.

por:Washington Post