Activistas del clima denuncian que las luces de Nueva York brillan demasiado
Durante la Semana del Clima en Nueva York, activistas y ecologistas han expresado su preocupación por las masivas luces que iluminan la ciudad, argumentando que representan un derroche de energía y tienen un impacto negativo en el medio ambiente.
Las intensas luces de Nueva York, que contribuyen a su famoso brillo nocturno, han sido objeto de críticas por parte de ecologistas, que afirman que esta iluminación excesiva contradice los esfuerzos de conservación y es un despilfarro de recursos energéticos. Según el Departamento de Energía de EE. UU., la iluminación exterior en el país consume suficiente energía para alimentar 35 millones de hogares al año, y solo el 1% de la luz artificial llega a los ojos humanos.
La ciudad de Nueva York, según imágenes satelitales, se encuentra entre las peores infractoras de Estados Unidos en términos de contaminación lumínica. Además del derroche energético, la luz artificial también afecta negativamente a la migración de aves y puede tener implicaciones en la salud humana.
A nivel mundial, se estima que la iluminación exterior que se escapa al espacio es responsable del 1% de las emisiones anuales de gases de efecto invernadero. Los activistas instan a reducir la contaminación lumínica como parte de los esfuerzos para abordar la crisis climática.
A pesar de los argumentos en contra, algunos críticos argumentan que el horizonte nocturno brillante es una parte esencial de la identidad de Nueva York. Sin embargo, se han tomado medidas como apagar las luces no esenciales en edificios municipales durante ciertas horas para reducir el impacto en la migración de aves. Un proyecto de ley pendiente busca extender estas reglas a los edificios industriales y de propiedad privada.