Video: Cantante Robbie Williams se desinfecta las manos tras saludar a sus fans

El 2016 será recordado por muchos como un año nefasto: ataques terroristas, la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, las muertes de íconos del cine y la música, y la inesperada victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales estadounidenses.

Y para cerrarlo con un broche de oro (o de lata) artistas y personalidades tuvieron algunas presentaciones bochornosas en los últimos minutos del año.

Don Lemon, periodista de CNN, participó de una cobertura en vivo desde un bar de Nueva Orleans esperando la llegada del 2017. Pero sus colegas se vieron algo incómodos cuando Lemon tres horas antes de la medianoche comenzó a tomar tragos de tequila. El reportero continuó bebiendo por las siguientes horas, y, visiblemente afectado por el alcohol, hasta se hizo un arete durante la transmisión.

La cadena ABC tuvo como estrella principal a la reconocida cantante Mariah Carey, quien brindó un mini concierto en vivo desde la plaza Times Square, en el centro de Nueva York, donde se congregaron más de un millón de personas. Carey concluyó su primera canción con relativa normalidad, más allá de que al final de la canción parecía que los labios de la cantante no se movían al mismo tiempo que su voz salía por los parlantes.

Se confirmó en el desastroso segundo tema lo que se temía, que las canciones fueron pregrabadas. Al interpretar su tema "Emotions, Carey pareció haber tenido problemas técnicos ya que la música fluía pero su voz se escuchaba entrecortada. La artista recorrió el escenario y le pidió al público que terminase las letras por ella.

Del otro lado del océano, en Inglaterra, los británicos también vivieron un extraño momento en las vísperas de Año Nuevo.

El cantante Robbie Williams fue la estrella que encabezó la trasmisión en vivo de la BBC, con un concierto desde el Auditorio Central de Westminster, en Londres.

Conocido en las Américas por temas como "Angel”, y "Rock DJ”, entre otros, el británico deslumbre a la audiencia en lugar y a las personas viendo la presentación en sus casas con una presentación musical que muchos acordaron estuvo a la altura de las circunstancias.

El problema de Williams no fue técnico ni de sonido.

Durante la canción "Auld Lang Syne”, Williams se acercó al público y tomó de la mano a varios de sus fanáticos. Pero al volver al escenario, lo primero que hizo el cantante fue agarrar una pequeña botella y desinfectarse las manos con gel limpiador bactericida, mientras hacía una mueca de asco.

El momento no pasó desapercibido, y se convirtió en tema de tendencia en las redes sociales.

Algunos dijeron que Williams probablemente estaba bromeando, debido a lo exagerado de sus gestos. Otros concluyeron que el cantante realmente no disfrutó del encuentro cercano con sus seguidores.

Discutiendo si fue apropiado su gesto, varias personas apoyaron al cantante ya que ‘hizo lo correcto” en cuestión de higiene. También excusaron la actitud de Williams ya que él en algún momento admitió sufrir de ansiedad y trastorno obsesivo-compulsivo.

Pasada la medianoche y luego de los fuegos artificiales, Williams cantó algunos temas de su nuevo albúm, "The Heavy Entertainment Show”.

Ni el cantante ni su entorno han hecho hasta el momento declaraciones para explicar lo sucedido.

por:elnuevoherald