La Administración Federal de Aviación (FAA) ha desplegado aproximadamente dos docenas de inspectores en las instalaciones de Boeing y Spirit AeroSystems para supervisar de cerca las actividades de producción y fabricación, según el administrador de la FAA, Mike Whitaker.

Esta supervisión intensificada forma parte de la respuesta de la FAA a incidentes recientes, como la explosión del enchufe de la puerta en un 737 Max 9 de Alaska Airlines. La agencia está reconsiderando su enfoque en la supervisión de los fabricantes y pretende tener más inspectores en el terreno para examinar minuciosamente las actividades de producción y fabricación.

Aunque aún no se ha determinado la cantidad exacta de inspectores necesarios a largo plazo, se espera que la agencia requiera más personal para llevar a cabo esta labor. Además, la FAA ha encargado un informe sobre la cultura interna de Boeing, relacionado con los accidentes fatales de los aviones Max-8, que se espera esté listo para fin de mes.

Whitaker ha enfatizado la importancia de la supervisión renovada de Boeing y ha alentado a los empleados de la compañía a utilizar la línea directa de la FAA para informar sobre problemas de seguridad. La FAA está comprometida a utilizar toda su autoridad de aplicación para garantizar la responsabilidad de Boeing en caso de incumplimiento.