Rafael Malavé, un comerciante con 20 años de experiencia, enfrenta una tragedia repetida con la destrucción de su barra, El Manicomio, ubicada en el Camino Laberinto de San Sebastián. Este establecimiento, reconocido en la zona, sufrió su segunda inundación debido a las fuertes lluvias que afectaron la región, agravando la situación ya difícil por su cercanía al río Culebrinas.

Esta no es la primera vez que Malavé se enfrenta a tal calamidad. La primera vez fue durante el huracán María en 2017, cuando perdió una inversión valuada en aproximadamente $24,000. Ahora, la situación es aún más desalentadora, según relata Malavé, quien compara el desastre con el impacto del huracán María.

El incidente ocurrió rápidamente, en tan solo 15 o 20 minutos, dejando a Malavé luchando por su vida mientras trataba de salvar su negocio y los fondos que había invertido en él. A pesar de los esfuerzos, la mayoría de sus pertenencias, incluyendo mercancía valiosa y equipo nuevo de cocina, fueron arrasadas por el agua.

A pesar de la tragedia, la comunidad ha respondido con solidaridad, ayudando en las tareas de limpieza y ofreciendo apoyo emocional. Sin embargo, Malavé no espera ayuda del gobierno, como experimentó después del huracán María. Con la generosidad de amigos, clientes y la promesa de ayuda de empresas locales, Malavé se prepara para reconstruir su negocio desde cero, una vez más, con la esperanza de recuperarse de esta devastadora pérdida.