Medio millar de personas reciben raciones de comida y agua en la Casa Dominicana

Publicado: Noviembre 9,2017 9:40pm
Medio millar de personas reciben raciones de comida y agua en la Casa Dominicana

Medio millar de personas se beneficiaron hoy de raciones de comidas, aguas y una pequeña compra como parte de una iniciativa conjunta de la Casa Dominicana, en Villa Palmeras, y el municipio de San Juan, para los residentes del sector y de Barrio Obrero damnificados por el huracán María.

A pesar de que algunas de las personas se quejaban de la tardanza en el proceso, que tomaba como promedio hora y media, Frances Ramos, de 30 años, que estaba acompañada de sus dos hijas de 12 y 9 años y de un varón de 7, se mostró contenta de recibir para cada miembro de la familia sendas raciones de almuerzo, consistente en un emparedado de jamón y queso, una manzana, una barra de chocolate y un paquetito de galletas dulce, junto a una botella de agua.

Respecto a la quejas, Ramos explicó que esto respondía al comportamiento de la gente, que no se ceñían a las normas establecidas, como el contar con un boleto que se repartió el día antes, tal como indicaba una convocatoria puesta en el portón principal de la Casa Dominicana.

"La misma gente es la que viene a crear el caos”, dijo a la agencia Inter News Service (INS) la joven madre residente en Barrio Obrero, que anteriormente se ha beneficiado de la iniciativa.

Doris Rijo, de 62 años, adujo que la comida que buscaba era para su hermano, quien es alcohólico y "lo encontré tirado en la Platica Barceló con el ticket en la mano”.

Reveló que el Consulado Dominicano repartió comida, agua y hasta mosquiteros en la Platica Barceló, pero que no logró beneficiarse.

"Cuando fui ya se habían acabado los mosquiteros, que era lo que me interesaba; estoy necesitada de uno porque se abrió la puerta con los vientos del huracán y no se ha podido arreglar”, dijo Rijo a la agencia INS preocupada que una picada del insecto le pueda provocar alguna enfermedad.

Magaly Cabrera, de 65 años de Villa Palmeras, se quejó junto a Ivette Figueroa, de 58 años con domicilio en Playita, que tuvieron hora y media en la fila antes de recibir los beneficios que estaban entregando media docena de voluntarios junto a una empleada del municipio de San Juan.

Cabrera que estaba buscando comida y agua para su consumo y el de una hermana impedida para poder almorzar.

"Lo importante es el agua”, dijo Cabrera, en el sentido de que en su hogar no cuenta con el servicio de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) desde que pasó el huracán María.

Figueroa, en cambio, aseguró que era "la primera vez que cojo algo” y consideró que si fueran casa por casa por los distintos sectores a repartir las raciones sería mejor en el sentido de que algunas personas se aprovechan para abastecerse más de una vez.

La mujer no pudo contenerse para dar un mordisco a la manzana porque además de tener mucha hambre es diabética y necesita comer cada cierto tiempo para evitar complicaciones de salud.

En medio del calor del calor, Sharlin García lucía apesadumbrada porque había perdido su boleto para recibir la ración y la compra, al meterlo entre las páginas de un libro que había llevado para entretenerse leyendo mientras hacía fila.

La joven de 32 años, domiciliada en Barrios Obrero, no hallaba como disimular su desaliento, mientras acariciaba a su niña de 11 años —además tiene un varón de 5—porque temía quedarse sin la compra y el agua para su familia, aunque ya había recibido el almuerzo del día.

"Es triste, traje mi ticket y se cayó en algún momento sin que me diera cuenta”, se lamentó.

El asunto se resolvió con la intervención de una periodista de la agencia INS que logró que se atendiera su situación, ante lo que reaccionó agradecida con el personal que le entregó la compra para su familia.

Irene Burgos, de 57 años de Villa Palmeras, dijo que aunque recibió el almuerzo no le dieron compra, después de mucho esperar, porque no tenía el boleto que se repartió en la víspera.

"No tengo ni luz ni agua en mi casa y hay gente que vienen y se han llevado dos compras”, dijo a modo de denuncia.

La profesora Ana Marchena, quien estaba colaborando en esta gestión con la Casa Dominicana, explicó a la agencia INS que desde el día anterior ese repartieron los boletos y que había que darle prioridad a quienes los tuvieran, porque de lo contrario podían terminarse las raciones si se hacía de forma anárquica.

El presidente de la Casa Dominicana, Francisco "Pachín” Ramírez, quien se encontraba en el lugar ayudando en la labor, aclaró que es necesario mantener un orden y por eso se reparten los boletos previamente.

"Si se entrega la compra a todo el que llega sin tener ticket, no hay control y se acaban las 500 compras que se entregan, el agua y los 400 almuerzos, que aportan la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulìn Cruz, y el Ejército de Salvación”, expuso.

A preguntas, aseguró que el 90 por ciento de los beneficiarios de la iniciativa pertenecen a la comunidad dominicana.

La comida y las compras se reparten jueves, viernes y sábados y se reparten para tres días con el propósito de que no tengan que hacer filas diariamente, dijo Ramírez. INS

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