Saliva González fungió como sacerdote de la parroquia católica San Ramón, nonato en el municipio de Juana Díaz por seis años, pero lleva más de 30 en la iglesia católica, hasta que fue suspendido como parte del protocolo.

Trascendió que la conexión entre ambos lleva años, ya que el niño es monaguillo y tomaba clases de catecismo con el cura.