Se acaban de graduar en la policía de Puerto Rico y ya comienza a “Llorar y quejarse”

Apenas un día después de que 198 cadetes fueran certificados como agentes de la Policía de Puerto Rico, comenzaron los primeros roces y expresiones de inconformidad entre los recién ascendidos.

En las redes sociales y en conversaciones internas, varios agentes han manifestado su disgusto por las distancias que tendrán que recorrer para presentarse a sus nuevos lugares de trabajo.

"No es justo que de Ponce tenga que viajar a San Juan” y "no encontramos justo que de Coamo tenga que viajar a Carolina” son algunas de las expresiones que circulan. Irónicamente, otros que fueron asignados a cuarteles cercanos a sus residencias también han mostrado resistencia, alegando que tampoco desean trabajar en sus áreas inmediatas.

Procedimiento de distribución

El comandante Mario González explicó que el proceso de ubicación de personal se realizó depurando listas con el objetivo de minimizar la distancia entre las residencias y los lugares de trabajo. No obstante, enfatizó que la distribución responde principalmente a las necesidades operacionales de la Policía.

"Se hizo lo posible por balancear, pero no siempre es fácil. Hay que cubrir las áreas donde más se necesita personal”, sostuvo el oficial.

Escasez de policías

La situación se da en un momento crítico para la uniformada, que enfrenta una marcada escasez de agentes. Actualmente, la Policía de Puerto Rico experimenta un retiro constante de sobre 100 efectivos cada mes, lo que debilita aún más la fuerza laboral disponible.

Rumores de renuncias

Entre los pasillos, algunos de los nuevos agentes advierten que podría darse una "avalancha de renuncias” debido al malestar que generan las largas distancias de traslado. Se espera que el próximo lunes comiencen oficialmente sus funciones, y será entonces cuando se mida la magnitud del descontento y su posible impacto en la institución.